jueves, 3 de julio de 2008

Desde Banff con amor


3-Julio-2008

Esto es Banff, el principal pueblo de las Rocosas canadienses, muy mono y muy “touristic”. Parada obligatoria para supermercado, internet y lavanderia.

Estuvimos tres días en Lake Louise, uno de descanso y dos haciendo montaña por sitios espectaculares. Llegamos en bici a Field, una especie de pueblo de cuatro casas dentro del Parque Nacional de Yoho, donde nos juntamos con Pierrot, que llegó en su coche desde Vancouver. Planificamos la ruta en torno a la gran final de fútbol, para estar el domingo cerca de una tele. Antonio se fue a ver el partido con su camiseta roja a un bar lleno de alemanes, mientras que Pierrot y yo, también con la camiseta roja, nos fuimos a subir una montaña. Gran celebración a la vuelta.

Subimos a acampar en la base de la cascada Takaka, la más alta de las Rocosas, alucinante lugar para dormir. Allí hay un camping de los que llaman primitivos, es decir, que no hay ningún guarda, se paga poniendo el dinero en un sobre, se saca agua de un pozo que hay que hervir antes de beber, y los servicios son pit-toilets: un agujero en el suelo y encima ponen una casita con un vater, cuyo contenido es aspirado periódicamente por un camión.

Caminamos la ruta del Iceline, que bordea glaciares, cruza morrenas y atraviesa bosques, y recorrimos la zona protegida del lago O'Hara, que fue lo más de lo más, el día más espectacular de toda mi vida montañera, un sitio alucinante. Vamos, que dudo que haya algún lugar que me guste más y ya no se si ir a Perú o a Nepal...

Dejamos el coche de Pierrot aparcado en Lake Louise y nos montamos de nuevo en nuestras bicis: más montañones, más ríos, más cañones, más bosques, más Amish, y más animales, apuntamos dos coyotes a la lista. Así hasta Banff.

Desde que ha llegado Pierrot estamos acampando en los campings de los parques nacionales, que no tienen nada que ver con los nuestros, ya nos olvidamos de los hostels. Tenemos que guardar la comida en casitas preparadas para ello, para que el olor no atraiga a los osos. No los hemos vuelto a ver, estamos más al sur y la nieve mucho más alta. Han debido subir a las partes altas, pero pueden aparecer en cualquier momento, y no podemos olvidarnos de las precauciones, incluso uno de los campings tenia una valla electrificada.

Seguimos con un tiempo buenísimo, algunos días hemos tenido incluso 30 C. Nos reimos mucho con Pierrot que se pasa el día practicando su particular español con expresiones como: "que suerte somos", "cuánta verdura", "somos los mejores", "qué fenomenal", a las alforjas las llama a veces alfombras y otras veces alfonsas, y a nosotros nos llama "la Princesa" y "el Estimado Antonio".

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